Su relación con lo abstracto es profundamente personal y está en constante evolución.
Anthony Chambaud ve la abstracción como una exploración de lo inexplorado, una forma de expresar emociones complejas e ideas abstractas que no pueden contener las formas o imágenes figurativas.
Para él, la abstracción ofrece la libertad de jugar con los colores, las líneas y las texturas, creando un lenguaje artístico único libre de limitaciones.
Cada obra abstracta es una conversación íntima entre el artista y el lienzo, donde deja que sus emociones y pensamientos tomen forma y resuenen en una danza visual que invita al espectador a perderse en un mundo de interpretación personal.
Para Anthony, la abstracción es una búsqueda perpetua para comprender y expresar la esencia misma de la vida y del alma humana.